Finalmente todo hace indicar que no habrá autobús que conduzca a los jugadores al estadio de los Cármenes este sábado, con motivo del encuentro que enfrentará en la jornada octava del campeonato de esta segunda división al Granada CF y al filial de la Real Sociedad. Hablo de autobús porque la llegada de los jugadores en ese vehículo ha servido en las grandes ocasiones de la historia más reciente del Granada CF para que los aficionados rojiblancos prepararan un recibimiento apoteósico de ánimo y ayuda al equipo. Esto no ocurrirá en este caso por varios motivos, entiendo yo. Primero porque el entrenador, Pacheta, no es amigo de convocar concentraciones demasiado largas cuando el partido es a un horario demasiado tardío. Después de esas concentraciones es cuando el autobús conduce a los jugadores desde el hotel o la ciudad deportiva hasta el propio estadio de Los Cármenes. El míster prefiere que los futbolistas descansen en sus casas. Y la segunda razón es porque en el interior del club entienden que aún no se ha conseguido nada y que todavía todo está por hacer. En definitiva, que no hay nada que celebrar. En este caso, aunque lo han pedido las peñas para llevar a cabo el recibimiento, el club, entrenador y jugadores no van a hacer ninguna excepción. Pero lo que es positivo de esto, aunque al final todo se haya abortado, es que el equipo ha conseguido ya la primera victoria de esta temporada y que la afición está comenzando a activarse para darle ánimos, hecho imprescindible para pensar en conseguir algún objetivo. Que el equipo juegue con la grada en contra o en silencio es el primer paso para perder la mayoría de los partidos.