El Granada CF continúa en crisis. Los resultados deportivos le han sumido en un momento muy delicado, generado por una política deportiva, que después de descender al equipo a segunda división ha continuado ahondando en situaciones que pueden concluir con el equipo de primera, primera federación. Porque a pesar de que haya técnicos que hablen abiertamente de las opciones del equipo por estar arriba de la tabla clasificatoria, la realidad apunta justo en la otra dirección. Sin ir más lejos, en un auténtico baño de realidad y aunque es bien cierto que los rojiblancos comenzaron teniendo buenas ocasiones de gol y que el arbitraje no fue el mejor para sus intereses, el rival de este fin de semana, el Leganés, hubo momentos que por su saber estar y calidad pasó por encima de los de Pacheta y desesperó a los granadinistas en su intento por doblegar al rival. Fue, pues, el rival un equipo de otra liga, de otro nivel. La realidad del conjunto de Los Cármenes, visto lo visto, es de la pelear por salvar la categoría. Tal y como estamos contemplando la competición, exigente más que nunca, conseguir una sola victoria cuesta un mundo y, por ahora, el equipo parece aún no estar en las mejores condiciones de poderla conseguir. Toca este año sufrir y animar. A la afición, con independencia de que proteste más o menos, no le queda otra. El club ha hecho el equipo que ha podido y para conseguir goles y triunfos el apoyo de la afición es y será fundamental para conseguir el objetivo... que es solo el de la permanencia.