A nadie le gusta que le hagan esperar. Cuando esperamos nos sentimos ignorados, como si se hubieran olvidado de nosotros o no nos dieran importancia. Cuando es Dios el que nos hace esperar, y no contesta nuestra petición con rapidez, la espera es aún mas dolorosa, porque El es Dios, y todo lo puede, y te preguntas, por qué no atiendes mi pedido ya? En este episodio profundizaremos en esta etapa difícil de espera en Dios. Acompáñanos