Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. Efesios 5:25-27
Señor nuestro Dios, acuérdate de nosotros aunque somos pocos. Protégenos de toda maldad y daño interior, que nos amenaza cada día. Permite que tu mano sea con nosotros, para que al fin un gran torrente de poder pueda fluir de tu iglesia a todo el mundo, dando cumplimiento a tus promesas. Te damos gracias por toda tu bondad. Te pedimos que cuides de nosotros. Guárdanos en el buen espíritu y propósito, ayúdanos a combatir todo lo malo y dañino. Concede que te sirvamos a ti y no al mundo. Protégenos hoy y todos los días. Amén.