2 Corintios 4:8-10
[8]Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación.
[9]Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos.
[10]Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo.