El pensamiento occidental ha colonizado toda forma de representación posible de saber y ha naturalizado las formas hegemónicas que han privilegiado el saber occidental sobre cualquier otro. Por esta razón, los saberes que por siglos han transitado la memoria de los pueblos han sido invisibilizados, tal vez debido a lo difícil que puede resultar imaginar una cultura de comunicación oral en donde los sonidos del pensamiento estén desligados por completo de la escritura