Entre todos los artistas que han surgido durante los

últimos años en la efervescente escena

alternativa de Galicia, Ortiga es irrepetible. Anárquico,

imprevisible, con ese espíritu verbenero que lleva inyectado en la sangre y un

sentido del ritmo inusual que se sumerge en las aguas del Atlántico para

empaparse de sabor latino, ya es uno de los nombres más importantes de la

música contemporánea.

Su aventura compartida como Esteban y Manuel dejó

algunos conciertos épicos y un puñado de canciones refrescantes atiborradas de

melodías pegadizas. Su

debut en solitario ‘Chicho y sus Chichas’ (2019) le situó como el

apóstol del buen rollo y el inventor del género de las neocumbias con acento

gallego.

Este debut lleva un pasito adelante todas esas locas

ideas: el autotune y la producción experimental (detrás

hay talentos como Hevi, de Malandrómeda) se cruzan con ritmos de

merengue y salsa para ambientar unas historias costumbristas donde Chicho do

Funk (su alter ego en su tierra natal) se inspira tanto en Héctor Lavoe como

en las orquestas populares para contar historias costumbristas con una actitud

que, pese al frío, la niebla y las lluvias de Santiago de Compostela, es puro

Caribe.

José Fajardo.