Es el siglo 21 y la medicina occidental se prepara apenas para iniciar la comprensión de lo que por décadas ha sido un tema prohibido: El uso terapéutico de psicodélicos.
Esta es una larga historia, pero quizás lo más importante o reciente es que a inicios del nuevo milenio, la FDA empieza a conceder permisos especiales para realizar estudio con sustancias como psilocibina (presente en hongos) el MDMA (también conocido como éxtasis) el LSD y ayahuasca. El principal ingrediente activo de esta última es el DMT y es esta la medicina ancestral amazónica por excelencia. Es percibida por las diferentes tribus que la utilizan Como parte fundamental de sus rituales, de su espiritualidad y de su medicina, no como entretenimiento o droga. Esto incluye a los Shipibo-Conibo.
Estos estudios buscan probar el uso terapéutico de estas sustancias, o medicinas ancestrales, para el tratamiento de estrés postraumático, ansiedad, depresión y en el tratamiento de adicciones.
Estados Unidos ha empezado a dar pasos hacia la descriminalización de sustancias como la psilocibina, con ciudades como Denver, Oregón y Santa Cruz donde hoy por ley está prohibido que el gobierno gaste fondos en procesar a quienes sean detenidos en posesión de hongos o psilocibina y eliminando las sanciones penales por su uso o posesión. Diferentes tribus alrededor del mundo han conocido por siglos los beneficios de estas plantas, la iboga en África, el peyote en México y la ayahuasca en Colombia, Brasil y Perú. Ahora estamos en presencia de cómo la ciencia las redescubre y las estudia para brindar sus beneficios al mundo.
Este episodio no pretende ser de ninguna manera una invitación al consumo de ninguna de estas sustancias o medicinas si no un esfuerzo por entender las culturas de nuestra América y del mundo, conocer los precursores de los avances científicos de hoy y una exploración del arte, la cultura y la forma de vida del pueblo Shipibo-Conibo de la amazona.