Si tus palabras fueran alimento en tiempo de escasez, ¿te atreverías a comerlas?. Cuida que tus palabras se conviertan en deleite para los que te escuchan y no una tortura para aquellos que te presten sus oídos.
Si tus palabras fueran alimento en tiempo de escasez, ¿te atreverías a comerlas?. Cuida que tus palabras se conviertan en deleite para los que te escuchan y no una tortura para aquellos que te presten sus oídos.