Observando el horizonte del siglo XXI, la sonoridad del Dub sigue experimentando por diferentes surcos, desde la cumbia hasta la samba, desde el punk hasta el gypsy.
Arriesgado desde su invención, el Dub no ha dejado de viajar buscando donde puede arraigar, germinar y crecer. Provocador, contemplativo y penetrante, un hondo elixir que sacude el aburrimiento de lo rutinario.