Conversando con otros que también acompañan jóvenes, notamos que es muy difícil proponer un discernimiento cristiano de la vida sexual. Para algunos, pertenece a un ámbito tan privado que hay que dejar que cada uno haga lo que quiera. Para otros, la propuesta de la moral sexual cristiana es tan incompatible con lo que viven, que la dejan de lado por considerarla impracticable. Acompañame en este episodio a preguntarnos si es posible acompañar, desde la fe, procesos de discernimiento de la sexualidad con jóvenes. Bienvenidos, bienvenidas a un nuevo episodio de Parresía: de esto sí se habla.