Aunque en la pregunta de Pedro hay un límite: “Si mi hermano me ofende, ¿Cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” No fue así, en la respuesta de Jesús, pues por su misericordia, se elimina todo posible límite al perdón; es decir el perdón en Dios es interminable.
Recuerda, el perdón de alguna forma también es una declaración de amor que debe ser renovado a diario y muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.