Una visitación de Dios a nuestra vida, es una promesa del pacto de Él hacia nosotros.
Las promesas del Padre tienen propósitos inesperados. Su obra, a veces, es incomprensible para nuestra percepción.
Esperamos el fruto de la respuesta de Dios. Nuestra expectativa se ve rebasada por un orden superior de pensamiento.
Imaginas poco acerca de lo que le estas pidiendo a Dios. Él rompe paradigmas de limitación. El Padre sobreabunda tu horizonte
Imita y pon en marcha la identidad de Dios en ti y entenderás porque sus planes son diferentes a lo que tu pensabas.