En el mundo actual el amor de muchos cristianos se está enfriando y una pregunta que podemos hacernos para reflexionar si esto nos está pasando sería: ¿Nuestro amor crece y se hace más tierno, más detallista, más atrevido y más visible? O, por el contrario, ¿se ha vuelto más despreciativo, más calculador, más distante, menos vulnerable y disponible?