La meta de todo éxito es la responsabilidad.
Dios nos ha equipado con poder en todas las áreas una con responsabilidad personal.
Cuando ignoras los valores de Dios, pierdes la responsabilidad de dar fruto.
No te quejes de lo que has empoderado porque esto es lo que tú has creado.
Lo que crees, creas. Lo que hablas, en eso habitas.
El espíritu de cobardía te aparta del camino.
Quitémonos el vicio de hacernos víctimas de nuestra circunstancia.
Tenemos inclinación a aferrarnos a la calidad de ser víctimas. Dios nos ha. dado amor propio para despojarnos de nuestra mentalidad de apocamiento.