Tú tienes que vivir con identidad de pertenencia en Cristo.
No abandonemos el lugar correcto que Dios nos dio.
Levántate de tu lugar de confort que es la pobreza, de mártir, de tu lugar de derrota. Levántate y resplandece en la luz que Dios te regala.
¿Cómo respondo a la voz de Dios? Resplandece en la gracia que Dios siempre te ha dado.
No ames el dolor, no ames el sufrimiento, no ames el castigo. No imposibilites a Dios en su obra divina para ti.