Al borde del precipicio, Dios te alcanza, te acoge y te hace salvo.

Papá es sabio. A veces, una crisis en tu vida, es un abrazo de Dios para decirte Yo estoy contigo.

En tu espíritu, cree que Dios te ama. Créelo. Si lo crees tu fe nunca será avergonzada.

Tu fe y tus convicciones son tu vida antes que tus capacidades.

La fe siempre se enfrenta a circunstancias difíciles. No esperes situaciones cómodas. Honra tu fe y siempre serás vencedor.

La frase “no vas a poder” es una estrategia de tus enemigos para que tu derrota mental y emocional traspase los cimientos de tu fe.

“No puedes” es una emoción de entendimiento negativo.

Parece absurdo, pero es cierto: no seas derrotado por tu fe.

Por tu fe, antes de la circunstancia, tú ya ganaste la batalla.

No escuches a una falsa fe, empobrecida, que te habla de hacer alianza con el enemigo.

Tú eres tu fe. Tu fe eres tú, y ésta, solo esta con Dios.

En todo tiempo y lugar, nunca permitas que tu fe acoja palabras de derrota. No te permitas avergonzarte de tu fe.