Lo contrario al afán y la ansiedad son lo afable y lo apacible. Esta es la marca de Dios en nuestras vidas, y prueba de su amor para nosotros.
Echa sobre el Señor todas tus cargas porque todo cuanto tenemos le pertenece a Dios, quien es el único que puede darnos verdadero descanso.
¡Solo así venceremos el afán!