Ni William Bonin ni Randy Kraft, conocidos al igual que Kearney como los "asesinos de la autopista", llegan tan lejos como él, considerado uno de los 10 asesinos más prolíficos de Estados Unidos. 

Con el tiempo, su nombre se asocia con uno de los apodos más macabros de la historia criminal: el "asesino de las bolsas de basura". Este apodo se debe a la espantosa manera en que deshace los cuerpos de sus víctimas, generalmente jóvenes, a quienes asesina, descuartiza e introduce en bolsas de basura.

Su modus operandi y la violencia con la que comete sus crímenes le aseguran un lugar en las listas de los asesinos más notorios de la historia de EE.UU.