El Apóstol Juan estaba hablando acerca de los problemas que la Iglesia de Dios estaba encarando durante sus días. Él dijo en 1 Juan 5:16, «Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida». El Apóstol Juan nos dice que oremos a Dios para dar vida aquellos que han cometido pecados que no sean de muerte, cuando los vemos cometiendo esos pecados. Si es así, debemos ser obedientes a este mandamiento. La razón por la cual el Apóstol Juan nos estaba diciendo estas palabras ya que existían aquellos que cometían pecados que guiaban a muerte, y debido a que también nosotros debemos conocer la gravedad de los pecados que guían a muerte. Por lo tanto, este pasaje es una advertencia excesivamente grave para ti y para mí. El Señor también dijo, «Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero» (Mateo 12:31-32). De igual manera, el Apóstol Juan nos advirtió no cometer tales pecados que nos guían a muerte, ya que tales pecados existen.