Sin embargo, en muchos casos las insatisfacciones, frustraciones, envidias, resentimientos, odios, rencores, comparaciones y ambiciones entre muchas otras. Aunados a la incapacidad o falta de disposición para valorar y agradecer todo lo bueno que nos sucede, así como las bendiciones que nos llegan. Nos ciegan a ver lo positivo y nos encadenan a padecer en lugar de disfrutar cada día y cada momento de la vida.