Hoy pensamos en voz alta sobre el peligro inminente de que, con el fin de garantizarse clicks, los medios costarricenses consoliden una narrativa del feminicidio como el final trágico de una princesa y, al hacerlo, invisibilicen el carácter estructural de la violencia de género y las desigualdades y marginaciones que convergen cuando incorporamos el lente de interseccionalidad.