On The Way

Piensalo


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Empecemos con el versículo memorizado durante la semana, que está en Isaías 25:9 y dice. En aquel día se dirá: ¡Éste es nuestro Dios! ¡Éste es el Señor, a quien hemos esperado! ¡Él nos salvará! ¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación!  La segunda venida de Cristo se menciona cientos de veces a lo largo de la Biblia. Sólo en el Nuevo Testamento hay más de 300 referencias. Dado que el Nuevo Testamento tiene 260 capítulos, esto significa que más de una vez por capítulo mencionamos el regreso de Jesús.

El domingo vimos que a lo largo de los siglos, promesas como las descritas en Juan 14:1 al 3, donde Jesús declara con vehemencia, vendré otra vez, o en 1 Tesalonicenses 4:13 al 18 y Tito 2:11 al 14, donde Pablo habla de nuestra bendita Esperanza. Estas y otras promesas de la segunda venida han llenado de esperanza y certeza la vida de los seguidores de Cristo.

El lunes aprendimos cómo será el regreso de Jesús. Hechos 1:9 al 11 dice que volverá del mismo modo en que subió. Es decir, de forma visible, personal y corpórea. Apocalipsis 17 dice que él viene con las nubes y todo ojo lo verá, incluso los que participaron en su muerte. Ya en Mateo 24, versos 27:30 y 31. Jesús dijo que será como un relámpago, vendrá en las nubes del cielo, con poder y Gloria y con gran toque de trompeta.

El martes vimos que al igual que los reformadores, con ayuda divina, descubrieron la verdad acerca de la justificación sólo mediante la fe en Cristo. William Miller fue el instrumento de Dios para redescubrir la verdad sobre cómo será la segunda venida de Cristo. Mientras Miller estudiaba las Escrituras, descubrió a un Cristo que lo amaba más de lo que podría haber imaginado. Con la Biblia, bolígrafo en mano y un cuaderno, comenzó a leer el Génesis y siguió entendiendo cada pasaje. Al comparar versículo con versículo, permitió que la Biblia se explicara por sí misma.

El miércoles aprendimos que de las cenizas del chasco de 1844, Dios estaba levantando un pueblo, un movimiento para difundir la noticia de la salvación a cada nación, tribu y lengua. Nunca podemos olvidar que Dios tiene un horario y todo sucede dentro de la planificación Divina. Las 2300 tardes y mañanas o 2300 años de Daniel 8:14 tienen un principio y un fin.

El jueves vimos que las 2300 tardes y mañanas representan el mayor período de tiempo profético. En Daniel 9, el ángel le dijo a Daniel que el período comenzaría con un decreto para restaurar y construir Jerusalén. Daniel 9 versículo 25. El decreto de Artajerjes en el año 457, antes de Cristo. Fue el último de tres decretos que permitieron a los judíos regresar para reconstruir Jerusalén y restaurar los servicios del templo. Los 2 primeros fueron editados por Ciro y Darío. Este tercer decreto fue el más completo y marca el comienzo de los 2300 años. Por tanto, el período terminó en 1844, después de Cristo. William Miller creía que el santuario a purificar sería la Tierra y asumió que Cristo purificaría la Tierra con fuego. Como ya les dije, Miller acertó en la fecha, pero se equivocó en el evento. Porque la limpieza del santuario predicha fue el juicio o el comienzo del juicio en el santuario celestial, no el regreso de Jesús.

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On The WayBy Alexander S