Hasta un 90% de los pacientes que entran a una institución hospitalaria requieren terapia intravenosa, casi el 35% al 50% de estos requieren múltiples intentos de inserción o deben ser retirados antes de tiempo, debido a complicaciones del acceso vascular, como infección del torrente sanguíneo asociado a la línea central (CLABSI), acceso periférico, oclusión, colocación errónea, flebitis, extravasación, infiltración, desalojo. Cada vez hay consecuencias negativas para el paciente, el profesional de salud y la institución hospitalaria.