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En 1967, Al Kooper había fundado el grupo Blood, Sweat & Tears con músicos bregados en el jazz, como el baterista Bobby Colombi y una sección de viento espectacular, con Fred Lipsius (saxo), Dick Halligan (trombón) y Randy Brecker y Jim Weiss (trompetas). Un año más tarde, Kooper se marchó del grupo, que fichó al vocalista canadiense David Clayton Thomas. En su segundo elepé, publicado en 1969, Blood, Sweat & Tears cimentaron el soul blanco con metales en canciones poderosas como “Spinning Wheel”. Un año más tarde, rozaron la gloria con “Lucretia MavEvil”, esa pieza formidable referida a una mujer que era la encarnación del mal. La voz de David Clayton Thomas y los vientos amenazadores de la banda te trepanan el cráneo y te vuelan la cabeza.
En 1967, Al Kooper había fundado el grupo Blood, Sweat & Tears con músicos bregados en el jazz, como el baterista Bobby Colombi y una sección de viento espectacular, con Fred Lipsius (saxo), Dick Halligan (trombón) y Randy Brecker y Jim Weiss (trompetas). Un año más tarde, Kooper se marchó del grupo, que fichó al vocalista canadiense David Clayton Thomas. En su segundo elepé, publicado en 1969, Blood, Sweat & Tears cimentaron el soul blanco con metales en canciones poderosas como “Spinning Wheel”. Un año más tarde, rozaron la gloria con “Lucretia MavEvil”, esa pieza formidable referida a una mujer que era la encarnación del mal. La voz de David Clayton Thomas y los vientos amenazadores de la banda te trepanan el cráneo y te vuelan la cabeza.