Clifton Chenier murió el 12 de diciembre de 1987 en Lafayette, el corazón de la Luisiana cajun, a causa de complicaciones de su diabetes (llegaron a amputarle una pierna meses antes), dejando una herencia deslumbrante en álbumes prodigiosos como Bogalusa boogie (Arhoolie, 1976) o I’m here! (Alligator, 1982). El 27 de junio, para celebrar el centenario de su nacimiento, la discográfica Valcour Records, afincada en Eunice (Luisiana), publicó el álbum A tribute to the king of zydeco, con participación, entre otros, de Lucinda Williams, John Hiatt, Taj Mahal, David Hidalgo, C.J. Chenier (hijo de Clifton) y los mismísimos Rolling Stones, secundados por el acordeonista Steve Riley en una versión del tema de Chenier “Zydeco sont pas salés”.
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