El Papa Francisco nos invita a la Sinodalidad, tema que se abre directamente desde la vida y la misión de la iglesia. Bajo la premisa de Caminar juntos, laicos, pastores, religiosos y Obispos vivirán durante 3 años la experiencia de un Sínodo diferente y descentralizado, pero…
¿Qué es un sínodo?
El sínodo es una asamblea de los representantes de los obispos que tiene como fin asesorar al Papa en la guía de la Iglesia Universal y sobre cuestiones doctrinales y pastorales específicas.
El Sínodo que se abrirá el próximo mes de octubre y se extenderá hasta 2023 lleva como titulo: Por una Iglesia Sinodal: Comunión, participación y misión.
El papa alerta:
Comunión y misión corren el riesgo de ser sólo términos un poco abstractos si no se cultiva una práctica eclesial que exprese la sinodalidad con detalle en cada paso del camino y a la hora de actuar, promoviendo una implicación real de todos y de cada uno.
Para evitar ese riesgo el sínodo comienza con una ambiciosa fase que se celebrará en cada diócesis. Los obispos deberán involucrar al mayor número posible de bautizados. El objetivo es que las propuestas de las Iglesias locales estén muy presentes en la asamblea final de Roma en 2023.
El Papa señaló que hay otros riesgos que acechan al proceso sinodal:
(Dicen) 'Siempre se ha hecho así, es mejor no cambiar'. Quien se mueva en este horizonte, aunque sea sin darse cuenta, cae en el error de no tomar en serio los tiempos en los que estamos. El riesgo es que al final se adopten soluciones viejas para problemas nuevos.
El Secretario general del Sínodo de Obispos indica:
No tengáis miedo de expresar también lo que os da miedo. En la secretaría del Sínodo, estamos para escuchar vuestras dudas, vuestros temores. Pueden ser saludables en este proceso sinodal.
En definitiva, como explicó el Papa, el sínodo no es un instrumento para crear otra Iglesia, sino para mejorarla.