Costa Rica tiene una gran deuda con el Mar. Una deuda con la riqueza biológica que lo habita y con las comunidades costeras que lo rodean. Aquí es donde nos encontramos con otra Costa Rica. Una Costa Rica abandonada, acompañada únicamente por un horizonte bastante desalentador.
Aun así, existen parches de esperanza tangible en nuestro territorio . Y esos parches, por más que son aislados, tienen un potencial enorme para generar modelos innovadores de desarrollo sostenible. Todo esto para decir que hoy Costa Rica tiene su primer Santuario de Tiburones, ubicado en el Golfo Dulce. De hecho, ¡es el primer Santuario dedicado a tiburones martillo del Mundo entero! Y contrario a otros modelos de conservación marina, este es uno que busca generar oportunidades socioeconómicas para las comunidades que lo rodean por medio de actividades sostenibles. En otras palabras, es un modelo de conservación marina empoderado por la misma comunidad local.
Y esto es lo que a nosotros nos llena de ilusión. Entra tanto ruido sobre la re-activación de la pesca de arrastre y la pesca de tiburón por la flota nacional, este esfuerzo liderado por Misión Tiburón nos brinda una merecida dosis de esperanza. Y más que nada, nos motiva a seguir creyendo en nuestras batallas aunque a veces parezcan imposibles.
En este episodio conversamos con Ilena Zanella, co-fundadora y directora de Misión Tiburón, sobre el esfuerzo durante los últimos 10 años para establecer el primer Santuario de Tiburones de Costa Rica. Además, Ilena hace un llamado a las autoridades a asumir su responsabilidad y proteger la vida marina con la misma rigurosidad que lo hace con la vida terrestre. Como bien dice Ilena en este episodio, “un jaguar no te lo sirven en un restaurante”, mientras que el tiburón corre peligro constante de convertirse en un ceviche más…