En Estados Unidos y Rusia hay preocupación por la caída en los índices de natalidad. Por ello, impulsan polémicas medidas para fomentar los nacimientos. La Casa Blanca propone un “baby bonus” de 5.000 dólares por hijo, mientras el gobierno de Putin otorga incentivos económicos a las más jóvenes. Entre tanto, América Latina enfrenta un problema distinto: altas tasas de embarazo adolescente, que cuestan a los países miles de millones de dólares al año.