La Biblia presenta el concepto de sacerdocio como un
oficio de mediación entre Dios y el pueblo. Establecido en el antiguo testamento, el modelo apuntaba para
una realidad superior la cual encuentra su plenitud en la persona y ministerio de Cristo: Jesús es el sumo
sacerdote y rey de todo el Universo e inaugura así un sacerdocio universal para todos lo creyentes. La
figura del sacerdote en el antiguo testamento ahora es ampliada y hoy todo verdadero discípulo es llamado
a ser sacerdote siguiendo el modelo de Cristo, nuestro sumo sacerdote. (1 Pe 2:9).