Para poder relacionarnos plenamente con el prójimo, de manera impecable, sanadora y liberadora de las dolorosas codependencias, hay que contemplar con ecuánime mirada los propósitos del mundo y no unirse a aquellos que por bienintencionados que sean provengan de un egoico e interesado desear. Ya que la maldad viene muchas veces disfrazada de bondad y las ganas de pelea oculta tras superficiales discursos de pacificación. ¡Ojo avizor! Es de veras amoroso no unirse al sueño egoico del prójimo despertando del propio. Únicamente desde lo despierto y libre de toda egoísta intención, desde lo genuinamente fraterno, generoso y bendito, podemos ir más allá de la belicosa relación especial que tanto tienta y descarría.

Adjunto a este escrito a modo de introducción, publico el audio de una charla en la que ahondo y recalco lo importante de no resentirse o aferrarse a lo que hay, no angustiarse ante lo porvenir ni darle cábalas al pasado; para así descubrir y vivenciar, por esta profunda y sincera aceptación que trasciende las cambiantes apariencias del mundo, lo bienaventurado y lleno de DIOS en uno. Y poder de este modo ofrecerle al prójimo que aún no sienta tal plenitud de alma, una nueva manera de contemplar y actuar en el mundo con la que pueda, cuanto antes, confirmar también esta bendita y sublime llenura en su vida.

Tomar conciencia de la Consciencia Plena es tan sencillo y simple como amar sin separatividad y exclusividad, abrazando con corazón todoabarcador la vida toda.

Lo que ES, es sin opuesto ni fin. El error que parece complicarlo todo, parte de la creencia de ser un yo personal que se cuenta una historia de esfuerzo, competitividad y logro, que es como una llave forjada en el pasado buscando -perdida en el presente- una imaginaria cerradura futura con la que abrir la puerta del Cielo. Mas aquí y ahora, en el tiempo y forma, lo que nos une a la Plenitud Eterna del Amor de DIOS sigue como antes y después del tiempo y la forma. Pues la Consciencia Pura no ha abandonado Su Intemporal Fuente, ni siquiera dentro de las ilusiones del ego.

Adjunto a este escrito publico el audio de una charla en la que profundizo en cómo toda experiencia espiritual no es más que un preámbulo, un minúsculo anticipo de la plenitud de la Divina Unicidad que nos vivifica eternamente. Por eso es crucial, sobre todo en los comienzos de las práctica espiritual, discernir correctamente, no confundiendo los atisbos de Lo Inefable, que nos encaminan por la senda del deshacimiento del ego, con el Despertar de la Consciencia mismo.

Adjunto a este escrito introductorio, publico el audio de una charla en la que hago hincapié en lo fundamental del perdón, esa actitud hondamente comprensiva y no beligerante frente al errático comportamiento egoico que no se toma nada de forma personal, ni lo supuestamente malo, indiferente o bueno; no dejándose engañar por la tristeza, la apatía o la euforia. Así la acción correcta, bienaventurada y genuinamente amorosa surge al instante por sí misma, y las ilusiones derivadas del juicio egoísta se desvanecen como por ensalmo; devolviéndonos tal presente consciente a la realidad, a la plenitud indivisa de ser en el Corazón de DIOS, pura Divina Unicidad.

Adjunto a este escrito publico el audio de una charla en la que incido en cómo, cualesquiera que sea el rumbo que siguen los pensamientos derivados de la inercia personal, estos nos separan de la vivencia del puro Ser; ya que el puro Ser es trascendente e inmanente a toda percepción y no puede ser por tanto objeto de conceptualización, ni sufrir limitación alguna. En esencia y en verdad nadie es 'sus' pensamientos aunque algunos de ellos así lo consideren, sino que son los pensamientos quienes, obviamente, suceden en la consciencia del puro Ser. Y es la Divina Unicidad, en la que el puro Ser comulga con la Vida Toda, quien es Causa Real, Plenitud, Bendición, Amor y Eternidad, mientras que el ego (ese insidioso cúmulo de pensamientos corporal/temporales que pretende ser especial) no es causante de nada, tan sólo el taimado efecto de un ensoñado efecto simulando ser causa.

Adjunto a este escrito publico el audio de una charla en la que profundizo en la comprensión de que la eternidad no es un tiempo indefinido sino un presente continuo de plenitud, una intemporalidad en la que todo lo acontecido en el tiempo es una idea, un concepto de separación en aparente desarrollo que no afecta a la Divina Unicidad de nuestra auténtica naturaleza inseparable de DIOS. Somos Espíritu, no carne. Somos Uno en esencia y Verdad... Amor y no miedo.

Junto a este escrito adjunto el audio de una charla en la que, partiendo de la lección 39 de 'Un Curso de Milagros' que señala que nuestra santidad (nuestra esencia original) es nuestra salvación, hago hincapié en cómo todos los caminos genuinamente espirituales (zazen, yoga, cristianismo, budismo...) sea cual sea el contexto cultural en el que surgieron y se expresaron, apuntan a la misma Divina Unicidad de la vida, a la misma plenitud de la consciencia, a la misma comunión con el prójimo, a la misma eternidad del Ser, a la misma inefable pureza del Espíritu. Y, desde ese iluminador reconocimiento, la senda de retorno a la inagotable e inmancillable Realidad Sagrada queda abierta para que la transitemos con confianza, constancia y esperanza consumada.

Adjunto a este escrito publico el audio de una charla en la que incido en la importancia de observar nuestra propia mente con disciplinada y ecuánime atención, para así liberarnos de la confusión a la que el ego, por su manera de pensar sesgada, la estremece. Dejándola, muchas veces, en un pasmado estado de apatía e indolencia proveniente de la hiperactividad a la que se ve sometida con la miríada de pensamientos contradictorios con la que el ego la bombardea y colapsa. Más todo se resuelve con sencillez, maravillosa y milagrosamente, gracias a la presente confianza en DIOS. Somos en/con/por Su Divina Unicidad; pues, como bien nos señala 'Un Curso de Milagros, "no hay nada que temer", "Dios va con nosotros dondequiera que vayamos".

Ahora, en esta consciencia pura, la acción surge fraterna y espontánea, feliz y rebosante de paz... expresando el Amor que nos regresa a la vivencia de la Verdad y la Vida Eterna en el Espíritu.

Adjunto a este este escrito introductorio publico el audio de una charla en la que, apoyándome en las ideas expuestas en 'Un Curso de Milagros', profundizo en la plenitud esencial que, más allá de la temporal ilusión egoica de identificación con un cuerpo, realmente somos: espíritu inmortal, dicha de ser, paz insondable, Amor infinito y perfecta pureza original inseparable de DIOS.