Episodio 3 de Mi viaje neuológico- - viviendo con Parkinson
El gen colonial: rastreando mi Parkinson hasta un conquistador español y una mujer indígena
Descubriendo el pasado a través de portales digitales
Todo comenzó con un sitio web. FamilySearch, una plataforma desarrollada por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se convirtió en mi portal al pasado. Una herramienta curiosa con una filosofía única: la creencia de que a través de la oración y la investigación se puede "rescatar" la memoria de personas olvidadas por la historia.
Los mormones creen que al investigar y nombrar a tus antepasados, literalmente "los salvan del infierno". Una idea fascinante que fusiona genealogía con espiritualidad. Cada nombre recuperado es como rescatar una historia del borde del olvido.
Recuerdo claramente la primera vez que accedí a la plataforma. Era una tarde de otoño, y estaba con la computadora al lado de la ventana. Con leve escepticismo, ingresé los pocos detalles familiares que conocía gracias a mi abuela que murió hace poco a los 101 años. Ella sabía nombres, fechas aproximadas, lugares de origen que había oído mencionar en conversaciones familiares.
El sitio es un laberinto de posibilidades. Registros parroquiales digitalizados, censos coloniales, listas de pasajeros de barcos que cruzaron océanos... Cada documento es una puerta a vidas que se desarrollaron siglos antes que la mía, pero cuyas decisiones y circunstancias moldearon silenciosamente mi existencia.
Lo que empezó como simple curiosidad poco a poco se fue transformando en obsesión. Pasé horas navegando a través de registros, conectando fragmentos de vidas pasadas, reconstruyendo historias familiares que a nadie le importaba. Era como armar un rompecabezas infinito. Y así llegué a
María Mancho: una mujer perdida en la historia
Mi investigación me llevó al descubrimiento de María Mancho, una mujer indígena, hija favorita del Cacique Mancho y que se casaría con el conquistador Mexía. Pero los casamientos entre indígenas y europeos no serían reconocidos por mucho tiempo. el se casareía lueg con una europea llamada isabel. Un encuentro que marcaría el destino de las generaciones venideras, incluso la mía, por el tema del gen.
El nombre apareció por primera vez en una partida de bautismo de 1586.
Mexía, un conquistador que atravesó los territorios de Santiago del Estero en lo que hoy es Argentina, se encontró con María Mancho, una mujer indígena que desafió las limitaciones de su época. Su historia es muy parecida a la de la Malinche en Mexico.
María Mancho no fue una figura pasiva en esta historia. Fue una mujer que mantuvo su identidad, su lengua, su dignidad en medio de un encuentro que para muchos significó la pérdida total de sí.
Los documentos no detallan cómo se conocieron. En registros posteriores encontré evidencia de que María hablaba su lengua materna con sus hijos, a pesar de las prohibiciones. Les enseñó las tradiciones de su pueblo mientras navegaban por las complejas estructuras sociales impuestas por los conquistadores. Ella era una mediadora entre dos mundos, una figura que entendía que la supervivencia requería adaptación, pero no necesariamente rendición.
La vida en la frontera colonial
La región de Santiago del Estero en el siglo XVI era territorio fronterizo, donde las estructuras coloniales apenas comenzaban a arraigarse. Las crónicas de la época describen un paisaje árido, poblado de matorrales, cortado por ríos que dictaban el ritmo de vida y agricultura.
Mexía, como otros conquistadores, recibió tierras y encomiendas. Estableció una finca donde se cultivaba trigo y se criaba ganado europeo. Los documentos administrativos coloniales lo mencionan en disputas por agua y tierras.
Para María, la vida en este entorno representó un desafío constante. Las mujeres indígenas ocupaban los estratos más bajos de la sociedad colonial. Sin embargo, encontré evid