En 2003, Kobe Bryant atravesaba uno de los momentos más oscuros de su vida. Un escándalo legal puso en peligro su carrera y su reputación. Fue entonces cuando tomó una decisión radical: crear una nueva identidad para separar al hombre del jugador. Inspirado por la película Kill Bill, adoptó el nombre de una serpiente letal: Black Mamba.

La Mamba no era solo un apodo. Era una mentalidad: fría, letal, obsesiva. En la cancha, Kobe se transformaba. No dejaba espacio a la duda, ni al error. Esa actitud lo llevó a ganar 5 anillos de la NBA, a ser 18 veces All-Star y a anotar 81 puntos en un solo partido, la segunda mayor marca en la historia de la liga.

Pero su impacto no terminó en las canchas. Durante su carrera acumuló más de 300 millones de dólares en salarios y otros 400 millones en patrocinios, inversiones y su propio fondo. Kobe fue más que un jugador: fue una marca, una leyenda… y una mentalidad imparable.

Fuentes: ESPN, Forbes, NBA.com, The Players’ Tribune.