Tras el horror de dos guerras mundiales, Europa entendió una lección esencial: para que hubiera paz duradera, debía haber cooperación. En 1951, seis países —incluidos Alemania y Francia— fundaron la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. Compartir estos recursos clave era una forma de garantizar que nunca más se usarían para enfrentarse.
Esa alianza económica inicial se amplió en 1957 con el Tratado de Roma, que sentó las bases del mercado común. Con el tiempo, más países se unieron al proyecto y nació la Unión Europea: una unión basada en el comercio, la ley y los valores compartidos, que aspiraba a transformar antiguos enemigos en socios estables.
Hoy, la UE cuenta con 27 miembros, una moneda compartida —el euro— y un mercado único que permite la libre circulación de bienes, servicios y personas. Pero en su origen, todo giraba en torno a una sola idea: evitar otra guerra en el corazón de Europa.
Fuentes: Europa.eu, BBC, History.com, Parlamento Europeo.