La lucha entre los gigantes y los dioses, narrada en distintas fuentes clásicas, fue utilizada durante la edad moderna para ilustrar las batallas que la monarquía desarrollaba frente a sus enemigos. El rey era asimilado a Júpiter o a Hércules, y los gigantes a los rebeldes, derrotados a sus pies. Se convertía así en una glorificación del poder real. Borja Franco Llopis, profesor de Historia del Arte en la UNED.