El Índice de Desarrollo Humano (IDH) nos lleva a pensar en el bienestar de los países y, sobretodo, de las personas que lo habitan en términos de variables como educación, calidad de vida, ingresos por persona, entre otras; y no tanto a partir de categorías como PBI o déficit fiscal. La reciente publicación del informe sobre desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que toma en cuenta al periodo 2021-2022 contiene información preocupante respecto al avance del desarrollo humano en los últimos años, ya que el indicador principal (el IDH) en la mayoría de los países se ha reducido, con lo cual los coloca en una situación similar a la del 2016, esto es, un retroceso de seis años en términos de bienestar en gran parte del mundo.