El sacrificio de Cristo fue tan grande por amor por cada uno de nosotros que es imposible no darle el primado a El en nuestra vida. Cristo no nos obliga a seguirlo, pero quiero que sepas que el mundo llama a las cosas malas como buenas, y a las buenas como malas. Cuando Dios no ocupa el primer lugar de nuestro corazón, poco a poco será el mundo quien tome ese primer lugar. Eso nunca ocurre de la noche a la mañana, se da poco a poco y todo comienza con el acostumbrarnos a tolerar el pecado porque todos fallemos. Ten cuidado con cederle al mundo el lugar que debe de ocupar nuestro Dios. Si tu anhelo es que tu familia camine en la dirección correcta, "Que no te guíe el mundo"