España se encuentra en un punto de inflexión en capacidad naval tras encargar un estudio a Navantia para diseñar su primer portaaviones convencional . Este buque, inspirado en el Charles de Gaulle francés, operaría hasta 30 cazas de última generación y se nutriría de innovaciones como catapultas electromagnéticas, nuevas plantas propulsoras y sofisticados sistemas de defensa aérea y electrónica . El proceso de diseño comienza con un estudio de viabilidad técnica y estratégicamente ligado al plan Armada 2050, en el que se integra junto a buques anfibios tipo LHD . Las instalaciones de Navantia en Ferrol aportan una ventaja clave: infraestructura avanzada de grúas, fabricación en bloque y experiencia acumulada desde la construcción del portaaviones Príncipe de Asturias y el Juan Carlos I.
La construcción moderna se realiza en fases: diseño digital en fábrica, corte y ensamblaje de bloques, integración de sistemas (radar, comunicaciones, armas), pruebas en grada y, finalmente, ensayos en el mar. Estos buques demandan una clara colaboración entre ingenieros, astilleros, industria de defensa y la Armada, además de una inversión millonaria que puede generar miles de empleos en Galicia .
En resumen, este proyecto naval refleja la modernización estratégica de España y su apuesta industrial en un entorno de rearme europeo. Una iniciativa que, de perseverar, colocará a la Armada y al sector naval nacional a la altura de las grandes potencias marinas.