La influencia de Rusia en la región del Sahel ha experimentado un notable incremento en los últimos años, impulsada por sofisticadas campañas de desinformación y propaganda. Estas estrategias, diseñadas para moldear la percepción pública y debilitar la presencia occidental, han logrado un éxito considerable, especialmente entre la juventud africana. A través de redes sociales, medios de comunicación y otros canales digitales, Moscú ha promovido narrativas que favorecen sus intereses, fomentando sentimientos prorrusos y debilitando la confianza en las instituciones occidentales.

Este fenómeno ha contribuido a la expulsión de la presencia occidental en varios países del Sahel, donde las autoridades locales, influenciadas por la propaganda, toman decisiones que favorecen alianzas con Rusia. La campaña de desinformación también ha alimentado tensiones internas y ha dificultado los esfuerzos internacionales para estabilizar la región. Según análisis del Centro de Estudios de Seguridad y Defensa, estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de Moscú para ampliar su influencia en África, buscando consolidar su presencia en una zona clave para sus intereses geopolíticos. La creciente influencia rusa en el Sahel representa un desafío para la estabilidad regional y la seguridad internacional.