Un episodio distinto en todos los sentidos. Mientras jugaba tennis contra la pared, generé la comparación de que uno debe ser tan honesto como la pared de tennis y quien decide jugar contra la misma. No hay forma de hacer trampa, solo dale hasta que te vuelvas mejor y más te vale ser real y aceptar cada bola que venga porque a la hora de jugar contra alguien, se va a ver lo que dices que juegas.
No se puede engañar a nadie más que tú, y aunque el proceso parezca negativo, siempre suma. Roger Federer fue ejemplo en este episodio para demostrar que el éxito que como sociedad conocemos, a veces es construido con pequeños fracasos que se tomaron como inspiración para ser el mejor.
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