El “buen ladrón” hace una petición de última hora, y en la hora decisiva de la muerte, y obtiene la salvación en la respuesta de Jesús: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. No olvidemos pues, la victoria es absoluta y es de Cristo, y nos enseña que el triunfo no está en evitar la muerte, sino en vencerla como Él lo hizo. Le damos gracias a Karol Meza por esta bella reflexion.