Hoy platicamos de esos momentos de pausa y quietud en los que la vida nos forza a parar y observarnos. Cuando toda esa productividad con la que nos identificamos pausa podemos integrar y absorber. Entendiendo que la falta de estímulos nos abre posibilidades y despierta nuestra creatividad. Dejar de vivir o necesitar los 100 para sentir que tu vida vale la pena.