Los resultados de las pruebas PISA 2022 y ERCE 2019, que evalúan la calidad de la educación en el mundo y la región, encienden nuevamente las alarmas: el aprendizaje en América Latina está estancado e, incluso, ha retrocedido en algunos de los países. Todo esto pese a que los Estados destinan grandes cantidades de recursos a la educación.