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En esta sesión abordamos un tema delicado pero profundamente necesario: ¿qué ocurre cuando los adultos —madres, padres o referentes— sabotean o frenan el proceso terapéutico de un adolescente?
A través de un relato íntimo y realista, nos adentramos en el corazón de una situación que se repite más de lo que imaginamos: adolescentes que quieren hablar, pedir ayuda, sanar… pero se encuentran con barreras invisibles puestas por los propios adultos que deberían acompañarlos.
¿Qué pasa cuando un padre o madre no cree en la terapia? ¿Cuando uno de ellos se siente señalado y corta el proceso? ¿Cuando la incomodidad que genera el movimiento interno del adolescente amenaza el equilibrio frágil de la familia? En esta sesión reflexionamos sobre cómo muchas veces el problema no es el joven que “está mal”, sino el sistema que no puede tolerar su evolución.
También hablamos del riesgo de invalidar a los terapeutas, de los silencios impuestos, de las rupturas en el trabajo terapéutico y de lo frágil que puede ser el camino de un adolescente cuando no tiene autonomía ni solvencia emocional para sostener por sí mismo su proceso.
Un episodio para madres, padres, profesionales y para quienes alguna vez sintieron que querían hablar… pero no los dejaron.
En esta sesión abordamos un tema delicado pero profundamente necesario: ¿qué ocurre cuando los adultos —madres, padres o referentes— sabotean o frenan el proceso terapéutico de un adolescente?
A través de un relato íntimo y realista, nos adentramos en el corazón de una situación que se repite más de lo que imaginamos: adolescentes que quieren hablar, pedir ayuda, sanar… pero se encuentran con barreras invisibles puestas por los propios adultos que deberían acompañarlos.
¿Qué pasa cuando un padre o madre no cree en la terapia? ¿Cuando uno de ellos se siente señalado y corta el proceso? ¿Cuando la incomodidad que genera el movimiento interno del adolescente amenaza el equilibrio frágil de la familia? En esta sesión reflexionamos sobre cómo muchas veces el problema no es el joven que “está mal”, sino el sistema que no puede tolerar su evolución.
También hablamos del riesgo de invalidar a los terapeutas, de los silencios impuestos, de las rupturas en el trabajo terapéutico y de lo frágil que puede ser el camino de un adolescente cuando no tiene autonomía ni solvencia emocional para sostener por sí mismo su proceso.
Un episodio para madres, padres, profesionales y para quienes alguna vez sintieron que querían hablar… pero no los dejaron.