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EP 134 | Felipe y el eunuco etíope
25-29 Después de compartir el mensaje en Samaria, Pedro y Juan regresaron a Jerusalén. Mientras tanto, un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Ve al camino que baja de Jerusalén a Gaza". Felipe obedeció y encontró a un etíope, un funcionario importante de la reina de Etiopía, que viajaba en su carruaje leyendo el libro de Isaías. El Espíritu le dijo a Felipe: "Acércate al carruaje".
30-35 Felipe corrió y escuchó al etíope leyendo. Le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" El hombre respondió: "¿Cómo podría, si nadie me lo explica?" Invitó a Felipe a subir. Estaba leyendo el pasaje: ‘Como oveja fue llevado al matadero…’. Entonces Felipe le explicó que hablaba de Jesús y le compartió el mensaje.
36-40 Mientras seguían viajando, el etíope vio agua y dijo: "¡Aquí hay agua! ¿Hay algo que me impida ser bautizado?" Ordenó detener el carruaje, y Felipe lo bautizó. Al salir del agua, Felipe desapareció y el etíope continuó su camino lleno de alegría. Felipe apareció en Azoto y siguió predicando en todas las ciudades hasta llegar a Cesarea.
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EP 134 | Felipe y el eunuco etíope
25-29 Después de compartir el mensaje en Samaria, Pedro y Juan regresaron a Jerusalén. Mientras tanto, un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Ve al camino que baja de Jerusalén a Gaza". Felipe obedeció y encontró a un etíope, un funcionario importante de la reina de Etiopía, que viajaba en su carruaje leyendo el libro de Isaías. El Espíritu le dijo a Felipe: "Acércate al carruaje".
30-35 Felipe corrió y escuchó al etíope leyendo. Le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" El hombre respondió: "¿Cómo podría, si nadie me lo explica?" Invitó a Felipe a subir. Estaba leyendo el pasaje: ‘Como oveja fue llevado al matadero…’. Entonces Felipe le explicó que hablaba de Jesús y le compartió el mensaje.
36-40 Mientras seguían viajando, el etíope vio agua y dijo: "¡Aquí hay agua! ¿Hay algo que me impida ser bautizado?" Ordenó detener el carruaje, y Felipe lo bautizó. Al salir del agua, Felipe desapareció y el etíope continuó su camino lleno de alegría. Felipe apareció en Azoto y siguió predicando en todas las ciudades hasta llegar a Cesarea.