EP 132 | Hechos 7 - Hechos 7 – El discurso que selló el destino de Esteban
El sumo sacerdote interroga a Esteban
1 El sumo sacerdote le preguntó a Esteban:
"¿Son ciertas estas acusaciones?"
2-3 Esteban respondió:
"Hermanos y padres, escuchen. El Dios de la gloria se le apareció a nuestro antepasado Abraham cuando aún vivía en Mesopotamia y le dijo: ‘Sal de tu tierra y ve al lugar que te mostraré’."
4-5 "Abraham obedeció y llegó a Canaán. Dios no le dio tierras de inmediato, pero le prometió que sus descendientes la poseerían, aunque primero serían extranjeros en otra nación."
6-7 "Dios dijo que su pueblo sería esclavizado y maltratado durante 400 años, pero que luego los liberaría y los llevaría de regreso a esta tierra."
De Abraham a Moisés: Dios siempre actúa, pero su pueblo siempre se resiste
8 "Dios estableció el pacto de la circuncisión con Abraham, quien tuvo a Isaac. Luego Isaac tuvo a Jacob, y Jacob tuvo a los doce patriarcas."
9-10 "Pero los patriarcas estaban celosos de José y lo vendieron como esclavo a Egipto. Sin embargo, Dios estaba con él, lo rescató y lo puso como gobernador bajo el Faraón."
11-16 "Luego hubo una gran hambruna, y Jacob envió a sus hijos a Egipto por comida. Finalmente, José se reveló a sus hermanos y trajo a su familia a vivir en Egipto. Ahí murieron, pero más tarde fueron llevados a Siquem para ser enterrados."
17-19 "Pasaron los años, y un nuevo Faraón que no conocía a José esclavizó y oprimió a los israelitas."
20-22 "En ese tiempo nació Moisés, quien fue criado como hijo de la hija del Faraón y educado en toda la sabiduría egipcia."
23-29 "Cuando Moisés tenía 40 años, intentó defender a un israelita matando a un egipcio. Pensó que su pueblo lo entendería, pero no fue así. Al día siguiente trató de mediar en una pelea entre dos israelitas, pero uno le respondió: ‘¿Quién te puso como gobernante y juez? ¿Vas a matarme como mataste al egipcio?’ Entonces Moisés huyó a Madián y vivió allí por 40 años."
30-34 "Un día, en el desierto, un ángel del Señor se le apareció en una zarza ardiente. Dios le dijo: ‘He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y te envío a liberarlos’."
35-37 "Así que Moisés regresó y sacó al pueblo con milagros y prodigios. Pero ellos no lo aceptaron y constantemente se resistieron a Dios, incluso pidiéndole a Aarón que les hiciera un becerro de oro."
El rechazo constante a Dios y sus mensajeros
38-43 "Moisés recibió la ley de Dios, pero nuestros antepasados no quisieron obedecer. En sus corazones, querían regresar a Egipto. Construyeron un ídolo y le ofrecieron sacrificios. Por eso Dios los entregó a su idolatría, como dice el profeta: ‘Me ofrecieron sacrificios en el desierto, pero en realidad adoraban a otros dioses’."
44-50 "Nuestros antepasados tuvieron el tabernáculo en el desierto, y luego Salomón construyó un templo. Pero el Altísimo no vive en templos hechos por manos humanas. Como dice el profeta: ‘El cielo es mi trono y la tierra es mi estrado. ¿Qué clase de casa me construirán?’"
Esteban arremete contra el Consejo
51 "¡Ustedes son tercos! Son paganos de corazón y sordos a la verdad. Siempre resisten al Espíritu Santo, igual que sus antepasados."
52 "¿A cuál de los profetas no persiguieron? Mataron a los que anunciaron la venida del Justo, y ahora ustedes lo traicionaron y asesinaron."
53 "Recibieron la ley de Dios, pero ni siquiera la obedecen."
El martirio de Esteban
54 Al escuchar esto, los líderes religiosos se enfurecieron y crujieron los dientes contra él.
55-56 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y dijo:
"Veo el cielo abierto y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios."
57-58 Esto fue demasiado para ellos. Gritaron, se taparon los oídos y lo arrastraron fuera de la ciudad para apedrearlo.
59-60 Mientras lo apedreaban, Esteban oró:
"Señor Jesús, recibe mi espíritu."
Luego cayó de rodillas y gritó:
"Señor, no les tomes en cuenta este pecado."
Después de decir esto, murió.
Y Saulo estaba allí, aprobando su muerte.