Viajar no solo nos mueve de lugar, también nos mueve por dentro.
En este episodio comparto cómo los viajes se han vuelto rituales creativos: desde la forma en que observo, escribo y me visto, hasta cómo una ventana, una calle o una taza de té pueden sembrar inspiración.
Una invitación a mirar el mundo con más pausa, a sentirlo como artista — no solo como turista.
Y a recordar que la creatividad también se alimenta del silencio entre ciudades.
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Nos encontramos en el próximo episodio.