La santidad o ser santo es una cualidad, un atributo del Señor, Dios tiene varias cualidades, la santidad es una de ellas, la eternidad, Él es el principio y el fin, Él es omnipotente es dueño de todo el poder, otra cualidad es la omnisciencia, Él es dueño de toda la sabiduría, Él es amor, un atributo más de Dios es la inmutabilidad, es decir Él no cambia es y será el mismo hoy y siempre, la omnipresencia, está presente en todo momento y todo lugar y al mismo tiempo.

La santidad de Dios es el atributo más relevante en todas las escrituras y lo comprobamos de alguna manera porque las escrituras inician con un lugar santo que es el jardín del Edén hasta la ciudad Santa, podemos ver a través de las escrituras su infinita santidad, la santidad también tiende a alejarse del pecado, Dios decide si destruir el pecado, es decisión de Él porque es soberano sobre todas las cosas, Dios siempre tiene un propósito para cada uno.

En otras palabras, queremos una imagen, un símbolo visible de lo que no ha pasado por alto de manera que todos experimenten la lejanía de Dios por su pecado, nuevamente cuando Dios tiene un encuentro con el pecado o lo destruye o se aleja de él, ni tú ni yo queremos ser destruidos o experimentar la lejanía de Dios, la santidad de Dios y el pecado no pueden cohabitar, ellos representan polos opuestos.

Sin embargo nosotros por medio del Espíritu hay una cohabitación que tiene sus consecuencias con frecuencia, el pecado tiende a huir de Dios, el cristiano que entra en la práctica del pecado, pierde la llenura del Espíritu, lo cual lo hace más fácil, más vulnerable a los deseos del pecado en su interior, pierde el gozo del señor, pierde la motivación por las cosas de Dios, pierde su pasión, es Dios ayudándote a ver la lejanía mientras su presencia continua en tu vida, en ti habita el Espíritu Santo.

CITAS BÍBLICAS:

Hebreos 12:14

1 Pedro 1:15-17

1 Samuel 2:25

Éxodo 33:1

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