La relación entre padres e hijos es universal; tal vez la única relación verdaderamente universal, porque no todos se casan y no todo llegan a ser padres. Pero todos somos hijos e hijas. Por eso el mandamiento es para los hijos y no para los padres.
Observe que el mandamiento no dice “obedece a tu padre y a tu madre”. El mandamiento dice “Honra a tu padre y a tu madre”. ¿Cuál es la diferencia entre obedecer y honrar a nuestros padres? Obedecer significa concordar en hacer algo, concordar en ser conducido, sin necesariamente respetar a la persona a la que estamos obedeciendo, sin necesariamente tener estima por ella. Un hijo puede obedecer a los padres sin tener consideración por ellos. Obedece por miedo, por presión, por obligación.
Honrar tiene un significado mucho más amplio: valorizar, considerar altamente, tener en gran estima, respetar. El mandamiento afirma “honra” – y no “obedece” – porque los hijos pueden obedecer sin honrar pero jamás pueden honrar sin obedecer.