Hoy vamos a hablar de poetisas. De mujeres que corrieron con los lobos, de abridoras de abismos insondables, de mujeres que incendiaron su alma para tratar de atrapar en ese volcán creado en su interior, versos que se convirtieran en puñetazos contra la futilidad. Vamos a continuar hablando de Mujeres al borde del abismo. De mujeres que desde el encierro en una pequeña habitación continúan cautivando el espíritu de millones de lectores como el fantasma que se oculta tras una bruma milagrosa.
Hoy vamos a hablar de tres poetisas y que mejor que hacerlo en compañía de otra poetisa como es Valentina Marchant, que ya conocéis del primer capítulo dedicado a las mujeres al borde del abismo, que, junto con nuestro poeta de cabecera, Gabriel Moreno, van a incendiar la sección Poetical Resistance debatiendo sobre la poesía abisal que hoy nos concita alrededor de esta hoguera.
Mucho fuego por todas partes como veis, y es que eran almas incendiadas las de estas tres mujeres, que las superaba y desbordaba, porque la genialidad que rebosa el recipiente se puede hacer insoportable, pero cuya resistencia poética siempre utilizaron para crear algunos de los versos más bellos y profundos que se recuerda y que conviene rescatar en esta época incierta en la que la poesía tiene que volver para reinstaurar su reinado perdido.
Hoy hablamos de mujeres y su poesía. Hoy hablamos de Alejandra Pizarnik, Emily Dickinson y Sylvia Plath.